Era una maniobra casi obligada tras la reciente vuelta a los escenarios de una de las bandas fetiche del brit pop. Un nuevo repaso al legado del cuarteto liderado por Brett Anderson y Bernard Butler en “Suede” y “Dog Man Star”, dos obras claves para entender el devenir del pop británico en el cambio de milenio, y luego ya encabezado casi en exclusiva por Anderson en un también brillante “Coming Up” y los menos aprovechables “Head Music” y “A New Morning”. Esta nueva compilación se enfrenta a la editada hace ya algo más de un lustro, “Singles”. Pierde la partida la nueva entrega en el cuidado de la edición, mucho menos lucida. Tampoco aparece uno de los últimos sencillos del grupo, “Positivity”, ni los dos temas inéditos del primer recopilatorio. A cambio, se alarga el minutaje, abarcando aquí un doble compacto de treinta y cinco temas, y se abre la veda a temas menos conocidos de la banda y caras B tan imprescindibles como “My Insatiable One” o “My Dark Star”, en un recorrido no cronológico escogido por el mismo Brett Anderson. Al final, la sensación de haber vuelto a revivir algunos de los mejores momentos musicales de hace tres lustros, de mano de los recuperadores del espíritu Bowie era Ziggy Stardust, con esa actitud neo glam, provocativa y viciosa, acompañada de un buen puñado de irrefutables joyas de maestría pop que reconfirman a los londinenses como los grandes secundarios de lujo que, junto a Pulp, escudaron a Oasis y Blur en la recuperación del reinado musical británico a mediados de los noventa.
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