Con retraso por medio y tras la tremenda popularidad que recibió Charli XCX con el lanzamiento de “Boom Clap” como parte de la banda sonora de una famosa película adolescente, daba algo de miedo la línea que podía seguir la artista. Podía seguir encarcelada en el pop vacilón y olvidarse de los sintetizadores con los que la conocimos. “Sucker” subraya que estamos ante una chica diferente.
La oscuridad de “True Romance” ha quedado en casa escondida bajo llave y vuelve queriendo ser la más moderna del lugar, sin intención de sacrificarse por nadie. Ahora bien, consigue convencernos con su crecimiento. “Sucker” es mucho más radio-friendly que su anterior obra, busca conseguir la popularidad que no obtuvo anteriormente (y que pedía a gritos tras sus colaboraciones con Icona Pop o Iggy Azalea).
El synth Poop ha evolucionado hacia un power pop con electrónica al estilo europeo, con una Charli XCX muy segura de si misma que busca ser la rebelde de la industria, la anti-diva que elude el éxito. Y es aquí donde consigue remarcar el espíritu punk con el que se le relaciona.
Como toda reina, tiene su séquito. Para esta ocasión se ha aliado a figuras como Cashmere Cat, Ariel Pink, Ariel Rechtshaid, Rostam Batmanglij (Vampire Weekend) y Rivers Cuomo (Weezer). De esta forma, “Sucker” es un buen ejemplo de acercamiento a las masas sin necesidad de perder un brazo por el camino, sino sabiendo exprimir el talento de la mejor manera posible.
Resulta triste que Mondosonoro escriba reseñas sobre gente como Charli XCX. Pensaba que tenían mejor criterio que Rolling Stone o Je Ne Sais Pop.