Cuando veo que un artista como Thomas Dybdhal ha llegado al número uno de las listas de ventas en Noruega, su país natal, siento una extrañeza que ya considero habitual.
¿Podría un disco de estas características llegar al número uno de ventas en nuestro país? Ni de coña. Vamos, por llegar no creo ni que llegue a más de veinte o treinta estantes. Por ello mismo aprovecho la oportunidad promocional para llamar la atención sobre su segundo disco, este “Stray Dogs”, editado en su país en el año 2003 (allí acaba de salir el tercero) y que demuestra la capacidad de este compositor para crear hipnóticos y emocionantes ambientes, cuidadosamente arreglados, poseedores de una elegancia que ya emana de su propia voz. Y es que todo parece estar en su sitio en un disco que es una experiencia en sí mismo, desde el principio hasta el final, y que posee una lírica propia desarrollada mezclando los legados de Nick Cave, Tim Buckley, Low y alguno más, con una ardiente dinámica que hace que a la altura de “Rise In Shame” ya te arda hasta la carótida. Afortunados los noruegos, porque ellos descubrieron a Thomas Dybdahl.
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