El grupo Kula Shaker resucitó oficialmente –al menos en Japón– cuando se publicó en verano del año pasado el Ep “Revenge Of The King-Garage”. Un año después, Crispian Mills confirma con este “Strangefolk” el retorno de su proyecto más conocido (queda clausurado temporalmente The Jeevas tras el bofetón que se llevaron con “Cowboys And Indians”).
A diferencia de la reunión de Smashing Pumpkings, Kula Shaker mantiene tres cuartos de la formación original. Solamente Jay Darlington ha sido sustituido por Harry B. Broadbent, encargado de los teclados que inundan alguna de las nuevas canciones, como la balada “Die For Love”, que por exagerada acaba sonando interesante.
“Strangefolk” es un disco que pretende recuperar el espíritu fresco de “K” (Columbia, 96) y solamente lo consigue a medias: encontramos un primer single pegadizo (“Second Sight”) y una evolución depurada del último repertorio de The Jeevas (“Ol’ Jack Tar”), pero también topamos con algún que otro pedrusco orientaloide (“Song Of Love/Narayana”) y las reminiscencias totalitaristas de sus primeros pasos (“Great Dictador Of The Free World”). Suenan menos trascendentales que en “Peasants, Pigs & Astronauts” (Columbia, 99), pero sus mejores momentos siguen pegados –curiosamente pegados– al kitsch.
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