Stormzy machacó a todo producto de la industria británica con la salida de “Know Me From” en 2015. Demostró que la autenticidad es la base el éxito, que UK estaba agotado de tanto artista mainstream de plástico y se coló en el Top 50 de la lista de éxitos. Pero esto fue solo el principio. No sería la única vez que cerrara alguna que otra boca. Con “WickedSkengman (Part 4)” se convirtió ese mismo año en el primer artista en colocar un freestyle en el Top 20 de las listas de éxitos de UK. Con “Shut Up” le quitó el #1 a Louisa Johnson, la estrella ganadora de XFactor en 2015, en plena campaña navideña. Y, para más inri, alcanzó la victoria en los MOBO de ese año frente a Skepta (quien, por cierto, define a Stormzy como un “auténtico regalo”). Todos estos logros los consiguió Michael Oman de una forma increíble, defendiendo a capa y espada su propio sello independiente bajo el nombre de #Merky Records y creando un grime tan puramente británico y potente que nadie podía pasarlo por alto.
Pero, todo esto también es cosa del pasado. ¿Cómo es verdaderamente el Stormzy del 2017?¿Sigue siendo igual de fresco y rompedor? En “Gang Signs & Prayer” nos enfrentamos a una completa división de opiniones. Por un lado, hay demasiadas llamadas de atención que nos presentan a un artista mucho más profesional, premeditado y menos instintivo. Por otro, sus versos siguen teniendo esa esencia underground que te sacan del pop british habitual y te hacen tener fe en un futuro mejor para la industria. “Gang Signs & Prayer” se ha coronado como el primer álbum independiente de grime en llegar al #1 en UK con 69.000 copias vendidas (su precedente está en el debut de Tinie Tempah en 2010, que sin embargo lo lanzó con el apoyo de una multinacional). Un título que realmente se le queda un poco grande si profundizamos en el verdadero sonido del álbum. “Gang Signs & Prayer” inicia su recorrido con una fuerte patada en los huevos a todas esas voces que cuestionaban la capacidad creativa de Stormzy. “First Things First” mantiene la tensión acumulada de los temas previos al largo que nos presentó el rapero. Eso sí, ni de lejos alcanza el nivel del single de presentación del disco, “Big For Your Boots”, donde el grime de la vieja escuela se luce a lo grande. En “Cold” juega a generar todo lo contrario, a regalarnos nuevas sensaciones, a llevar al grime a otra categoría y a ofrecernos una pieza tan adictiva como divertida. Hasta ahora todo bien, entendemos el concepto de Stormzy de entregar un disco en el que sus raíces se unan a la inquietud de un joven de 23 años que busca destacar en el género a través de la innovación y construir un largo y consolidado futuro en el mercado. Sin embargo, hay varios puntos donde el rapero flojea y entierra lo que podría haber sido uno de los discos más interesantes de UK este año.
Básicamente, Michael Oman no tiene una voz privilegiada fuera de sus registros como rapero. No funciona generando melodías y presentándose como cantante. Las baladas, con una producción más pop, y su entrega al rnb noventero en piezas como “Cigarrettes and Cush” son definitivamente lo peor del largo. Aún así, hay que reconocer que hay cierta inteligencia a la hora de elegir las influencias rnb femeninas del proyecto. Por un lado, rescatando la belleza de NAO en “Velvet” y por el otro apoyándose en la deliciosa voz de Kehlani. Y sí, la fuerza de Stormzy sigue estando en las letras, eso es innegable. Sigue defendiendo a capa y espada sus creencias religiosas, habla de las desigualdades, de cómo el dinero altera la vida de las personas y no siempre a mejor. Es transparente y mantiene su gran sentido del humor a la hora de crear. Pero no nos engañemos, su vida ha cambiado, no es únicamente ese joven que abanderaba la humildad del sur de Londres. Ahora se codea con grandes estrellas. Figuras como Adele recomiendan su álbum a través de las redes sociales, comparte escenario con Ed Sheeran, tiene el mismo productor que Sam Smith y su novia es una estrella de 4Music, uno de los medios musicales de referencia en UK. Nos habría gustado ver un debut más agresivo, más de barrio, somos de los que pensamos que el grime de la vieja escuela te puede llevar a hacer grandes cosas, nos flipaba el Stormzy que se apoyaba en la improvisación, y que si la innovación está marcada por la búsqueda de ventas no genera buenos resultados. Queríamos que Stormzy consiguiera cerrarles el pico a todos aquellos raperos que han criticado su estilo diciendo que su música ya pertenece a otra clase social. Sin embargo, les ha terminado dando la razón. Eso sí, nos enfrentamos a un joven con mucho talento, una capacidad compositiva muy interesante, a veces bastante brillante, las ideas muy claras y todas las papeletas para dejar una enorme huella en la industria británica actual. Ah no espera que eso ya lo ha conseguido.
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