Flow me
DiscosStill River

Flow me

8 / 10
Jon Bilbao — 01-03-2023
Empresa — Magnolia Records
Género — Rock

Una década de patearse escenarios ha llevado al combo de Bilbao a lanzar ahora su trabajo más certero, tras una demo y un primer y recordado álbum. Las nuevas canciones fluyen con energía por el río de la preciosa y minuciosa portada regando terrenos que ya manejaban previamente, con buena cantidad de blues, country-rock, soul y mayoritariamente con cierto sabor a los mejores The Allman Brothers Band. El nombre de este y otros grupos de querencia sureña los han tenido asociados desde el principio, pero es cierto lo que se escucha por ahí, que este es el disco más Still River hasta ahora, el que lleva sus huellas dactilares en cada centímetro de los surcos. Por ello, aunque sigamos encontrando referencias, cada vez las hacen más suyas.

“On a Velvet Cloud” arranca suave y lentamente, como si saliera de un largo y reponedor sueño, para, a mitad de canción, doblar el ritmo y entregarse a esos estimulantes pasajes instrumentales que, guiados por los punteos de guitarra de Juan Gumucio, elevan nuestra visión a las alturas, a la par que esas aterciopeladas nubes. El riff y los ritmos en onda funky de “Brothers & Sisters (Tension & Time)” vuelven a transportarnos a través de su particular viaje en carretera y el atrayente groove de “Take a Little Sip” hechiza a base de soul tipo Muscle Shoals. Lo que más me llama la atención del medio tiempo “Go if You Want” es la manera natural en la que interactúan y se entremezclan los instrumentos, como los teclados de Alex Blasco y la batería de Lander Cadenas, los dos últimos fichajes del quinteto, que con solvencia han ocupado recientemente los puestos de los hermanos Redondo, Isra e Isi (este último batería de The Travellin’ Brothers).

Lo recreativo de “Heave-Ho” la convierte en una canción irresistible, quizá una de las mejores canciones de bar jamás escritas. “My Love”, con su luminosa melodía y un arpegio de guitarra ligeramente exótico, vuelve a llevarnos río abajo por la estampa de la portada en busca de algo de paz y felicidad. El diseño de la atractiva portada es obra de Alex Torres y recuerda poderosamente al interior de la carpeta del “Eat A Peach” de sus/nuestros adorados Allman Brothers, por la cantidad de situaciones que pueden observarse en el dibujo y por lo psicodélico del asunto. Esta vez no han tirado de colaboraciones como en su anterior álbum, ni han salido a ningún estudio a grabarlo. Sencillamente han registrado las canciones en su local de ensayo, tocando todos a la vez y controlados por Asier Rentería y James Morgan, encargándose este último de las mezclas en sus Magic Box Musika de Munguía.

Los discretos aunque palpables sonidos de bajo de Txema Solano y la robusta voz del americano Dan Cabanela también han sido clave para que estas canciones llegasen hasta donde tenían que llegar. Esto se nota especialmente en el tema “In Your Bones” y su elegancia de rock de raíces americanas, que enamorará a los amantes del género. También lo hará una “Mulberry Wine” que invita a la fiesta y celebración, porque parándonos a pensar unos instantes siempre hay algo por lo que celebrar, y si es con un vaso de vino de mora, mucho mejor. Suena la entrada de “The Emperor’s Clothes”, con sus finos arreglos de guitarra soul, y sabes que estás ante algo especial y sentido, una de esas baladas inmortales. Aunque esto pasa con el álbum entero, porque es una proeza haber parido de forma orgánica estas nueve canciones hechas con alma, evolucionando en su sonido pero aún sin salirse de su onda en la mejor tradición sureña. Una gozada de disco.

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