Tercer trabajo de Sticky M.A. en tres años y el primero que no es un clásico instantáneo. Hay cierta previsibilidad en ‘Konbanwa’. Sticky continúa su cruzada para envolver de capas y capas del day-glo de los bromistas de Ken Kesey que retrató Tom Wolfe en ‘Ponche de Ácido Lisérgico’ un trabajo que realmente habla de un amor rotísimo tratado con (y quizá también causado por) las drogas y la misma psicodelia a la que se abraza en lo sonoro.
‘Konbanwa’ es la exudación del pecado por exceso de Sticky M.A. Un purgatorio luminoso y flúor en el que uno puede perderse abriendo puertas diferentes que llevan al mismo lugar. ‘Konbanwa’ (“buenas noches” en japonés) parece, por momentos, un único tema de media hora denso como la melaza en el que el madrileño ha decidido quedarse a vivir. Yo, desde luego, prefiero mi piso. Sticky consigue transmitir lo que aparentemente anhela: un viaje potente y reconocible por diferentes estados de ánimo personales a través de un único mood musical. Quizá ahí este la disonancia. El grito desesperado que se escucha si uno puede escuchar está ahí y es potente, pero termina diluido. Como un niño que ahoga las lágrimas viendo dibujos animados.
El de AGZ acierta en cuanto a las producciones y no sé cuánto tardaremos en ver un álbum en España con créditos de Jambo (Future, Juice WRLD, Young Thug) o cclusi (Yung Lean) junto a otros nacionales respetados como Steve Lean o Royce Rolo. También los feats vocales están bien elegidos: C. Tangana brilla como es habitual en ‘Ya No’, uno de los mejores cortes del trabajo; Polimá Westcoast abre la puerta a Latinoamérica y Juicy BAE y Leïti Sene hacen de nexo entre la vieja y la nueva escuela. Algo de lo que Sticky también se hace cargo musicalmente. El haberse mantenido en un margen de la escena le permite fluir con facilidad. Una coherencia que se agradece.
‘Konbanwa’ funciona porque Sticky M.A.. es uno de los artistas más sólidos del panorama y brilla con canciones como ‘No Vas a Joderme’, que cierra el trabajo y apunta lo que quizá podría haber sido un álbum aún mejor que los anteriores. Sticky ha escrito unas letras increíbles que ha acelerado y distorsionado para que no podamos entender el dolor, pero el dolor está ahí. Igual que el talento.
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