“Se trata de las pertenencias y pérdidas personales, y los amores e inseguridades que todos sentimos; combinados con meditaciones sobre la humanidad como un todo”. Así explica Steve Von Till, el renombrado guitarrista, vocalista y poeta, sostén de los reyes del post-metal Neurosis y artista al frente de Harvestman, las intenciones detrás de su quinto disco solista de estudio “No Wilderness Deep Enough”. Es innegable que la declaración carece de originalidad, pero en palabras de Von Till la cosa toma un trascendencia especial.
Von Till es todo un personaje con una visión personal derivada de su búsqueda, la cual lo llevó entre otras cosas a vivir en el aislamiento, rodeado de naturaleza, lo cual seguramente exacerbó su carácter contemplativo y filosófico. Tal es así que este disco vendrá con un interesante libro de poemas y bocetos de letras donde el existencialismo se hace una fiesta. En esta entrega, producida por ese profesional de culto que es Randall Dunn (quien ha trabajado con sunn o))), Wolves In The Throne Room, Marissa Nadler, Boris, Jesse Sykes y muchos otros), Von Till cristaliza seis canciones de intensa calidad emocional e instrumental; que a la vez traducen con eficacia ciertas intenciones de la naturaleza: son tracks que rugen con el pulso de la tierra como aliado. Los crescendos son de gran factura y la lentitud en las voces definen el ADN de un disco que ostenta un particular sentido de belleza. Algún filósofo de barrio alguna vez dijo que “lo deprimente es bello per se” y si se aplica esa máxima a esta música, quedará claro que aquel filósofo de barrio tenía mucha razón.
No es un disco para escuchar a la pasada, claro está. Los arreglos de corno francés y cello se te meterán en las venas y sentarán el mood para que el disco sea disfrutado en su totalidad.
“No Wilderness Deep Enough” se muestra como un recorrido de preguntas formuladas sin la intención de encontrar respuestas, sino con la idea de intentar dar fuerza a ciertas pistas que los humanos solemos necesitar para entender el “para qué” de nuestro paso por la vida. Lo dicho, nada de darle play mientras te duchas o pasas la fregona. Dedícale toda la atención que se merece.
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