Stella Donnelly debuta con una propuesta muy personal, un recorrido hacia su yo más íntimo. “Beware Of The Dogs” deviene una sinopsis impecable de todo lo que a ella le rodea. La australiana se autoproclama orgullosamente como una shit-stirrer o persona a la que le causa placer causar problemas o discordancia, un reflejo del talante de la joven nacida en Perth, capital del estado de Australia Occidental. Tal y como ella misma afirma regresa con el “dedo medio hacia arriba” y la artillería bien cargada. A través de melodías alegres, en las cuales se esconden temas sólidos, nos deja una muestra de su mundillo interior.
Lo confirma el sencillo que ya pudimos escuchar en su anterior EP “Trush Metal” (18), “Boys Will Be Boys” es un canto contra la misoginia y el acoso sexual. Su música constituye un arma de doble filo: dulzura y reivindicación. Desde el comienzo del disco el mensaje ya es potente, “Old Man” es feminismo en toda regla. La cantautora aussie quería asegurarse de que los oyentes supieran que a la hora de componer no se estaba alejando de ese activismo o franqueza que tanto la caracteriza. La música se convierte en la mejor arma para protestar y dar rienda suelta a constatar lo que es vivir en una sociedad patriarcal y machista. “Los indicios me dicen que no tengo razón, no soy digna de la elección de tomar mis propias decisiones para mi cuerpo”, así empieza “Watching Telly”. ¿Injusto, verdad? Es una pena que tenga que escribir sobre temas tan crudos como estos, pero es muy necesario hacerlo. Desgraciadamente a muchas mujeres les toca vivir situaciones parecidas a diario. Tampoco se esconde de plasmar lo que está ocurriendo en su tierra natal: “No hay parlamento digno”, suelta en “Beware Of The Dogs”. Donnelly no tiene miedo, por eso no se calla. En “U Owe Me” confirma que sus anteriores jefes, de los que no tiene un buen recuerdo, no le intimidan.
Trece temas perfilan este maravilloso debut en el que cada uno expone un nuevo relato. Donnelly se encarga de satisfacernos, ya que a muchos “Trush Metal” nos supo a poco. Una vez más, Stella nos sumerge en su personal folk impregnado, eso sí, de nuevos matices. El sonido de la guitarra se mezcla con una voz especial, mientras que la verdad envuelve las letras de sus cancioncillas aparentemente risueñas: el amor en “Mosquito”, el desamor en “Allergies” o la nostalgia en “Lunch”. La musicalidad se acentúa en el sencillísimo “Bistro”.
Aunque no todo son acordes, sino que también experimenta con el sonido en las voces. “Die” es una muestra de ello. El inicio de “Season’s Greetings” y su desparpajo en “Tricks” tienen mucho enganche o canciones de apariencia minimalista como “Face It”, la pieza que cierra el disco. Ojalá en sus próximos trabajos nos vuelva a deleitar con composiciones de tanto calibre.
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