Daddy’s Home
DiscosSt. Vincent

Daddy’s Home

8 / 10
Toni Castarnado — 14-05-2021
Empresa — Caroline
Género — Pop

A nadie va a sorprenderle en exceso que Annie Clark, es decir St. Vincent, dé un nuevo giro a su música. La estadounidense nos ha acostumbrado a movimientos bruscos e inesperados, a la sorpresa como condición para entender su música. Por ese motivo, cuando anuncia un disco nuevo hay que estar abierto y preparado para recibir cualquier tipo de propuesta musical. Con ella, todos los detalles cuentan e importan. De ahí que, como con todo gran lanzamiento, hayamos ido recibiendo información sobre “Daddy’s Home” con cuentagotas. En este caso, sabíamos que el disco tenía a su familia y, por tanto, la excarcelación de su padre como argumento principal. Como telón de fondo, también hay una queja sobre el sistema en el que vivimos y cómo nos comportamos como sociedad. Hasta abre el debate sobre si es pertinente tanta exposición y el linchamiento público en redes sociales. St. Vincent es inconformista por naturaleza, no calla cuando cree que hay una injusticia y tiende a introducir sus dudas e inquietudes en las canciones que publica. Su malestar acaba transformándose en música, en sonidos venenosos a la par que bellos. Combina extravagancia y sutileza, dejando brotar su creación en terrenos de lo más diverso y extraordinario.

En “Daddy’s Home” ha encontrado la inspiración en los discos que le ponía su padre y que iban de Stevie Wonder a Sly & The Family Stone, o por ejemplo Steely Dan, acuñando música neoyorquina de los primeros setentas. Es decir, música natural y sin demasiadas estridencias; melodías excelsas, ritmo sostenido y el groove como palanca sonora. En principio, hay diferencias y cierta distancia con “MASSEDUCTION” (y aquella mutación en rosa a lo Ziggy Stardust), pero menos de las imaginables. Ambos álbumes se asemejan en lo imaginativos que son, sin duda una de las claves del universo de la artista. Ello le permite trabajar tanto con David Byrne (¡cómo olvidar aquel disco y esos pasos de baile mecánicos!) como con Dua Lipa en unos Grammy; tanto coger la guitarra para homenajear a Nirvana como acompañar a Andrew Bird en una actuación íntima para el canal ARTE o incluso copar el protagonismo al aparecer en el mítico Saturday Night Live. Así, Clark tiene esa sorprendente capacidad de mostrar en público la vulnerabilidad propia de alguien con una sorprendente sensibilidad y, al mismo tiempo, deslumbrarnos con el brillo de su talento.

Pero volviendo a “Daddy’s Home”, podríamos entenderlo como una obra de transición en la que prima más el contexto que la intención. En él están presentes muchas de sus mil caras, casi subrayando el deseo de agradar a quienes la han seguido, combinando diversas facetas. En ocasiones asoma el aroma funk de Prince, algo que ocurre ya desde la inicial “Pay Your Way In Pain”. A partir de ese momento, y como resumen de sus fantasías, St. Vincent se mueve caprichosamente por distintos perfiles. Desde la exuberancia de “Live In The Dream” al homenaje cálido a los que nunca se rinden en la melancólica “The Melting Of The Sun”, con unos coros estremecedores. También nos encontramos con el tono confesional de la titular “Daddy’s Home” o la dolorosa “My Baby Wants A Baby, cuya melodía que toma prestada con descaro del "Morning Train (Nine To Five)" de Sheena Easton y  en la que se culpa presuntamente de ser mala madre. “Down And Out” la podría haber robado a cualquiera de las extrañas versiones de Fiona Apple, pero si hay una pieza que puede abrir una nueva veta artística, esa es “At The Holiday Party”, más cerca de la Generación Z que de la comunidad indie. ¿Para cuándo esa nueva sorpresa? Pues seguro que pronto, muy pronto.

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