Surgido de todas las ideas que ha provocado su experiencia con David Byrne, no hay más que escuchar los temas que sirvieron de adelanto, “Birth In Reverse” y “Digital Witness”, para comprobar que Annie Clarke, sin renunciar a su personalidad ni a las marcas de la casa que siguen definiendo el estilo experimental de St. Vincent, continúa en solitario por el camino del fabuloso “Love This Giant” desde la primera canción, “Rattlesnake”. Aunque como en ocasiones anteriores encarga la producción a John Congleton (Modest Mouse, Anna Calvi) cuando mira hacia su disco anterior, “Strange Mercy”, como en “I Prefer You Love” o “Psycopath”, aparecen estribillos definidos y estructuras más cercanas al pop, tónica general del álbum, convirtiéndolo en el más accesible hasta la fecha. Protagonizado por las bases rítmicas, está pensado, según ella misma, para hacer bailar y para la energía del directo.
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