Antonio Luque hace gala de su sentido del humor desde la portada de su nuevo larga duración, donde presume de ser un meme de sí mismo, al colar su rostro en una pintura de El Greco, “El caballero de la mano en el pecho”. Con él, cumple una vez más con su infalible tradición de editar un nuevo trabajo discográfico en uno o dos años (tres a lo sumo) y lo hace desde una óptica provocativa; una interesante colección de canciones que ahonda en sonoridades luminosas y que coquetea con la new wave y el synth pop, con hueco para palmas y armónicas, así como para algún que otro punteo rockero.
Encontramos aquí composiciones que narran sus sentimientos y vivencias acaecidas entre el lanzamiento de “Asunción” (18) y hasta poco antes de la crisis del Coronavirus; todas ellas correctas, pero algunas más resultonas que otras. Destacan la frescura de “Una Famiglia Reale”, pasando por la divertida “Planeta B”, la llamativa “Sábanas santas”, o la bailable “Aplauso”, que bebe tanto de New Order como de Talking Heads, para cerrar con la energía guitarrera de “La Odisea”. Melodías generalmente alegres bucean en ecos ochenteros, como contrapunto al melancólico tono de voz del artista sevillano, que se oye y se siente en primera línea, permitiendo que podamos saborear bien sus letras, antaño enterradas lejos del entendimiento de los comunes mortales.
Hace tiempo que Sr. Chinarro se separó de la densa oscuridad de sus aclamadas primeras obras, para brindarnos irregulares álbumes que suelen entrañar al menos dos o tres zarpazos de pop goloso y que no suelen perder de vista las influencias de The Smiths, R.E.M. o The Cure. “El Bando Bueno” sigue la senda general del último puñado de discos de un genio con un estilo tan personal que poco tiene ya que demostrar y que en cada publicación tiene al menos algún momento deslumbrante que aportar.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.