Se hizo esperar y mucho este “Trust The River”, el primer trabajo de Sparta en catorce años. Siento debilidad por esta banda de El Paso, como por tantas otras formaciones que creo injustamente infravaloradas. Merece la pena recordar que, cuando At The Drive-In cesaron su actividad por primera vez en el 2001, la banda madre se desmembró en dos. Surgieron The Mars Volta, el proyecto de Bixler-Zabala y Rodríguez-López, y Sparta, la banda formada por los otros tres miembros.
Los supuestos segundones, siempre a la sombra de sus otros dos compañeros, ciertamente mucho más carismáticos, demostraron su talento con “Wiretap Scars”, su debut, un ejercicio de post-hardcore emotivo y furioso a partes iguales. Pero ahí no acabó su trayectoria, claro está.
Sparta han sacado otros dos discos gracias a la tenacidad de su cantante y guitarra, Jim Ward, que ha tenido que ver como su antigua banda se llevaba a sus colegas. Ward echó entonces el freno a Sparta, lógico, y se centró en su proyecto personal, Sleepercar, más cercana al country alternativo. La influencia de esa aventura en solitario se intuye en el presente “Trust The River”, en el que ha participado el batería Cully Symington (Cursive, Beach Slang), en las piezas de corte más clásico, que son la mayoría. Como la inicial “Class Blue”, el dueto de la pausada “Spirit Away”, el precioso piano de la balada “Dead End Signs” y, sobre todo, “Believe”, la cosa más ‘radio friendly’ de toda su carrera. Solo el nervio de “Cat Scream” nos devuelve a los Sparta de los primeros años dos mil.
¿Qué cabía esperar después de tantos años? “Trust The River” es una fotografía actual de Ward, mucho más relajado y espiritual. Algunos pensarán que Sparta es una banda maldita. En realidad, no importa las rocas y troncos que se le pongan delante, él, como un río, siempre encuentra su camino.ç
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