El nuevo disco de Sharon Jones ha coincidido en el tiempo con la edición de la obra póstuma de Amy Winehouse. Ambas, además de compartir a esa maquinaria de facturar música negra llamada The Dap-Kings, fueron en parte responsables de haber resucitado de nuevo a la música soul. Por desgracia, una desapareció muy rápido del mapa, con lo que Sharon Jones, que está en el mejor momento de su carrera, es la que va a seguir en la brecha. Y si es con discos como el presente, lo puede continuar haciendo durante el tiempo que haga falta, con temas que aunque no son de su propiedad se los hace propios como si fueran suyos. “Soul Time!” es el disco que se situaría justo entre los dos anteriores, buscando y logrando ese equilibrio entre la fuerza que tenía “100 Days, 100 Nights” y la elegancia de “I Learned The Hard Way”.
El cancionero es más variado de lo que ha sido nunca, hay temas que se mueven a sus anchas por las arenas movedizas del funk, con mucha naturalidad y soltura, tal y como demuestra en la inicial “Genuine Pt.1”. Una pieza como “I’m Not Gonna Cry” podría ser utilizada como banda sonora para cualquier film blaxplotation, y la chulería canalla explícita en “He Said I Can” es también marca de la casa. “Settling In” tiene esa tensión que es tan característica en ella, y la tranquilidad llega justo al final, con dos cortes que suenan a ese soul más clásico de la vieja escuela. Sharon Jones domina todos los registros de la música negra, y a este paso, va camino de convertirse en una leyenda a pequeña escala.
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