Quienes han descubierto a Winona Ryder gracias a la serie "Stranger Things", seguro que desconocen detalles de su vida privada y profesional, incluso ignoran su importancia como icono cultural de los noventa. Cuando oigo su nombre todavía la imagino en el taxi de “Night On Earth”, la película de Jim Jarmusch con música de Tom Waits. También pienso en esa época en que fue novia de un músico, Dave Pirner, que por aquel entonces consiguió un éxito descomunal con “Runaway Train”. Soul Asylum no fueron unos one hit wonder, pero le faltó muy poco. Por suerte, en “Grave Dancers Union” había otra media doce de singles potenciales, aunque también en otros (“Misery” fue lo más cerca que estuvieron de lograr otro pelotazo).
A partir de “Let Your Dim Light Shine” en 1995 el grupo perdió pistón, algunos miembros originales abandonaron la nave y Dave Pirner se mudó a Nueva Orleans en busca de no se sabe qué. De hecho, grabó un disco en solitario, “Faces & Names”, que pasó desapercibido y no encajaba con su estilo. Tenía todo el derecho a experimentar, pero en este caso se alejó demasiado de su esencia. Tras dos décadas dando tumbos, a pesar que “The Silver Lining” era un disco aprovechable y tras la renuncia de Dan Murphy, el socio con el que hacía más migas en lo artístico, a Dave Pirner todavía le quedaba una bala en el revólver. La ha gastado con “Hurry Up And Wait” y, dado el resultado, tiene alguna extra.
Esto tiene todas las señas del rock alternativo, guitarras eléctricas y acústicas en comunión, una sucesión de buenas melodías y el timbre rugoso de Pirner. Y lo más importante, un puñado de canciones que podremos rescatar dentro de veinte años y que lucirán como debe, caso de la entrada con “The Beginning”, los fabulosos medios tiempos “If I Told You” o “Silly Things” y el ritmo trotón y vacilón “Hopped Up Feelin'”. Winona escucha, esto sí es extraño, ¡Soul Asylum han vuelto y están en forma!
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