Once años dan mucho de si. Y a
pesar de que Kiss no hayan grabado durante ese tiempo, su maquinaria no ha
parado un instante. Unas veces para deleite de sus seguidores, y otras tantas
para desespero de quienes más le exigen a su banda favorita. Mientras Gene
Simmons grababa un horroroso disco en solitario, “***HOLE”, Paul Stanley salvaba la cabeza con una obra, “Live
To Win”, que honraba el legado de Kiss,
aunque la polémica principal estaba en plantearse si mantener a Eric Singer y
Tommy Thayer a toda costa o si este iba a ser mejor disco que “Psycho
Circus”. Por suerte, la inspiración se
mantiene en este notable “Sonic Boom”. Con la década de los setenta siempre en
perspectiva y la de los ochenta como referente para huir de lo peor de aquellos
años, Kiss han dejado el pabellón bien alto con la publicación de un trabajo
fresco y dinámico. El disco arranca de forma inmejorable con “Modern Day
Delilah”, combinado con el clasicismo bien entendido en “Never Enough” y la
poderosa “Stand”. Ahora bien, entre lo mejor del disco destacan “Yes I Know
(Nobody’s Perfect)” y “Say Yeah”, un gran colofón de base épica que sorprenderá
a propios y extraños.
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