El nuevo disco del líder de The Mission está estructurado bajo tres pivotes; canciones crooner al estilo de un Richard Hawley más luminoso, otras que evocan la música de raíces americanas, y las que más asociaríamos al protagonista, de corte after punk.
Quince piezas que componen un corpus en el que, a pesar de los dos temas en que Wayne Hussey se convierte en una especie de líder de The Cure o atmosférico Peter Murphy, utiliza una amplia gama de instrumentos, algunos inéditos hasta la fecha: chelos, violas o clarinetes. De ahí que pase de la jazzy y nocturna “Madame G” al folk o la letanía de “Apollinia”.
Para Hussey esta obra es una ópera prima (en realidad es su segundo disco en solitario tras “Bare” -donde revisaba en tono intimista canciones de su repertorio y versiones), así que esperemos que finalmente ”Songs Of Candlelight And Razorblade” le aleje de la etiqueta gótica y descubra a mucha gente al Hussey como el artista ecléctico que es en realidad.
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