Me encuentro absolutamente bajo los efectos del impacto emocional que me ha producido el segundo trabajo de este cantautor de Oklahoma de veintiséis años de edad. Un puñetazo en plena jeta que me recuerda al sufrido de igual forma por obras como el “Queen Of Denmark” de John Grant, el primer álbum de Damien Rice o el “For Emma, Forever Ago” de Bon Iver, salvando todas las distancias del mundo. Y digo esto porque la propuesta de John Fullbright mantiene una línea de corte más clásico y apocado, similar a la que adoptan cantantes como Josh Ritter o Bill Janovitz sin sus Buffalo Tom, aunque tampoco es disparatado mencionar a Rufus Wainwright, sobre todo cuando John decide sentarse al piano y dejarnos sin palabras al entonar las emocionantes tonadas corta venas que se esconden bajo títulos como “When You’re Here” o “She Knows”. Y sí. Lo has adivinado. Este es un nuevo álbum dedicado al eterno tema del desamor y, aunque la lista se muestre interminable, uno no puede más que quitarse el sombrero ante la belleza de un tema como “Write A Song” o una balada algo más vaquera como “High Road”. Y aunque John Fullbright no es un desconocido y ya fue nominado con un primer disco más exuberante en lo instrumental a un premio Grammy, hay que rendirse ante la evidencia de que ha crecido mucho como cantante, y se ha reafirmado en su seguridad para interpretar a pecho descubierto unas canciones que no paran de crecer en el reproductor. Y es que estamos, si la cosa no se tuerce, ante un enorme y prometedor futuro.
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