Que poco parece que le cuesta a Guillamino dar con un sugerente limbo de sonido entre electrónico y soul, con matices del todo eclécticos como el house, el hip hop, la guitarra española y hasta la sardana. Guillamino en su segundo trabajo ha dado con una curiosa formulación, urbana, cosmopolita y anómala respecto a las estructuras cerradas de la música de nuestro tiempo.
La mayoría de las canciones (sobre todo las que abren el disco), en las que algunos apuntan a Prince, no se escapan las conexiones con esa congregación de pop jazzistico que se ha forjado durante años en Chicago entorno a grupos como los The Sea And Cake de Sam Prekop. Las abiertas miras de este disco no van a desmerecer la particularidad de mezclar gran cantidad de sonidos conocidos, desde taconeos, un poco de sonido jamaicano, voces sedosas, hasta los sintetizadores y el house ibicenco, pero sobre todo la sensibilidad desplegada supera casi todos los inconvenientes que puedan surgir con su escucha y que nos evitarían relajarnos. Bien, pues ejercicios de respiración, un buen baño de espuma y la preciosa “Poor Giant” para intentarlo.
Kudos! What a neat way of thninikg about it.