Que Julia Holter es un tesoro no debería haber nadie que lo pusiera en duda, en un mundo de fórmulas y estructuras cerradas su música se abre paso como una de las más originales y sensibles del canon contemporáneo. La compositora e intérprete californiana tiene eso tan raro como un estilo propio, aunque uno muy permeable que siempre sorprende y suena fresco, con una armoniosa combinación entre su formación académica y su impulso instintivo más pop, entre experimentación y accesibilidad.
En su nuevo trabajo, "Something In The Room She Moves", nuevamente las dos opciones van de la mano creando su particular música pop, una en la que sus múltiples influencias, cosas como Alice Coltrane, Kate Bush, la música barroca o la cantante libanesa Fairuz, se combinan para sonar de una manera totalmente propia. En este disco, llamado así en homenaje a los Beatles, Holter busca una música con toques jazz, con el contrabajo como elemento primordial, que se va transformando, de una manera líquida, muy fluida, como ejemplifican esos cuerpos de la portada que parecen entrelazarse, no se sabe si de una manera sensual o violenta, evocando el mundo sonoro interno del cuerpo. Y es que este disco se hizo durante la pandemia del COVID, al poco de ser madre, pero también de perder a un sobrino pequeño al que este disco va dedicado.
Muchos cambios y emociones que se reflejan en el disco más nocturno de su carrera, con una tonalidad jazz, aunque esto no es un disco jazz, y una fuerte presencia del contrabajo y sintes que le dan un manto sonoro que puede recordar a los discos de los 80 de Kate Bush o, incluso, al "Hejira" de Joni Mitchell, con el que también comparte unas estructuras totalmente libres en las que las canciones van por sitios inesperados y se construyen de manera sorpresiva, dando como resultado otro gran disco, en el que vuelve a crear un maravilloso híbrido entre abstracción e inmediatez.
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