Wet Tennis

Me puedo imaginar perfectamente a mucha peña levantándose por la mañana y, mientras se preparan un zumo para resucitar una jornada más, sonando de fondo la música de esta singular pareja neoyorquina: Sofi Tukker. Y es que los ingredientes propuestos por Sophie Hawley-Weld y Tucker Halpern son, como poco, una sana combinación de vitalidad y sensaciones positivas.

En este segundo largo titulado “Wet Tennis” (acrónimo de When Everyone Tries to Evolve, Nothing Negative Is Safe) quieren dejarnos claro que el éxito cosechado por el anterior “Treehouse” (Ultra Music, 2018) –nominado a dos Grammy, con discos de oro y platino por doquier- y como no, pulverizar sus propias expectativas con triunfos como los logrados con el tema “Best Friend”, no fue cosa de chamba. El planteamiento a nivel musical se mantiene firme: es pop amable y pegadizo revestido con producciones puramente electrónicas y altamente bailables. Nada ha cambiado para que aparquen a un lado ese deseo de ‘difundir alegría’ a la enorme comunidad que les persigue por los cinco continentes. Me consta que bastante fiel, el dúo se lo curra también en este sentido.

El nuevo trabajo cuenta con hasta doce cortes, eso sí, la mayoría son como un tiro y no alcanzan ni los tres minutos. Poco más de media hora si nos enchufamos el disco al completo. Una vez navegando en él me han llamado la atención títulos como “Larry Bird”, por razones obvias primero –que portento de jugador- y por la colaboración del padre de Tucker después. Es tonificante y aunque asoman algunas guitarras, comandan los aires caribeños. Es simpático escuchar al papi de fondo contando batallitas y frases del mago de la canasta como "solo dame la pelota… Y ustedes, quítense del medio", algo que solía decir el 33 de los Celtics antes de solucionar un buen marrón en los segundos finales. Otra de las canciones que de primeras me asaltaron fue “Summer in New York”. Arranca explícitamente con el famoso tarareo de Suzanne Vega en el ya clásico “Tom’s Diner”. El desenlace es un cóctel resultón de house y pop contagioso. Tik Tok ya dictó sentencia (favorable) en su momento.

Cuando más interesantes se ponen es cuando trastean con sonidos globales, en esta ocasión los africanos. Eso sucede en “Mon Cheri” donde participan los malienses Amadou & Mariam. Los coros son espontáneos y divertidos, los arreglos pintorescos; lástima cuando se enturbian con el típico pellizco-globo de la EDM justo en el tramo final. Yo personalmente disfruté mucho –seguramente el track que más me tira del LP- con “Freak”. El más revolucionario, frenético y contestatario de todos. Los miembros de la Freak Fam (grupo de fans que acompañaron a Sofi Tukker durante la pandemia en las transmisiones de sus “fiestas” por Instagram) deben haber quedado muy satisfechos.

El cierre de “Wet Tennis” es un puro contraste. Se bajan de manera radical las pulsaciones para descubrirnos la versión realizada por los chicos para el mítico “What A Wonderful World” de Louis Amstrong. Actualización en modo baladita sexy –con algo de ritmo- donde tampoco se abandonará el tono positivo que recorre todo el álbum.