Cuando se trata de buscar una vía alternativa para curar esas heridas abiertas y supurantes, la liberación de la rabia y la ferocidad a partir de la música se convierte en una solución de lo más factible y eficiente. Nuestros sentimientos más primarios encuentran de repente un sentido y un fundamento dentro de esa lluvia catártica de ágiles melodías de guitarra, voces rotas hasta la fatiga y galopantes ritmos percutivos. Con esta particular prescripción facultativa es como Carles Caselles, Pau Camps, Josep Bolu y Marc Miralles han decidido proponerse la ardua tarea de sanar todos sus males, y de paso, enmendar sus cuentas pendientes con aquellos que saben darse por aludidos. Además de contar con esa energía tan característica que tiñe su proyección musical (a lo tonto, con más de una década a sus espaldas), los miembros de Smoking Souls han buscado en sus propias raíces y en su entorno autóctono las piezas clave para terminar de darle forma a su quinto trabajo de estudio, que tal y como cabría esperar tras este preámbulo, simple y llanamente recibe el nombre de “La Cura” (Propaganda Pel Fet!, 22), haciendo alusión a ese anhelo latente y compartido de dejar atrás todos los daños que esta época tan convulsa ha traído de la mano.
No hay más desenredar de esa maraña de riffs agitados y trémulos redobles las desgarradoras palabras de Carles Caselles (vocalista de esta banda alicantina y conocido por habernos regalado una deliciosa colaboración con Sandra Monfort recientemente) para darnos cuenta de la pesada carga emocional que este disco contiene, siendo esos deseos de cura un grito abierto y literal dedicado a aquellos que están ahí, haciéndonos el camino más llano y la pendiente menos curva. Ese sentimiento de colectividad, hermanamiento y apoyo mutuo recae sobre esos preciosos versos de tan manifiestas piezas como “Vosaltres” (“ja tinc els peus a terra, no vull guanyar la guerra / vull cuidar als meus, escoltar les seues veus, baix la lluna plena”), una sincera entrega que no da lugar a la confusión y con la que en palabras de la propia banda, buscan enteramente reencontrarse con aquellas personas que el tiempo y las circunstancias se han llevado por delante.
En una misma línea y sin perder la ocasión de hacer proselitismo de su tierra, es en el propio tema homónimo del LP donde los de Pego se encargan de resaltar los sellos particulares de su radiante terreta, como la abierta mención a ese icono de la poesía valenciana que es Vicent Andrés i Estellés o rindiéndose ante el indiscutible rol terapéutico del mar Mediterráneo, que solo quienes lo tienen cerca conocen bien de sus bondades (“hem nascut al mar Mediterrani, guardarem la sal, curem-nos els mals”). Por otro lado, no es de extrañar que ante un proyecto de un calado tan honesto (sumado a la habitualidad de esta praxis en sus últimos trabajos) hayan querido sumarse al álbum voces amigas de tanta nombradía como el dúo gallego Bala (encargadas de abrir el álbum con “Soledat”, que sienta las bases justificantes del concepto primario del disco y además depositan en éste su dosis de terriña con unos versos en gallego), David Ruiz de La M.O.D.A. (maridando su característica y rasgada voz con esos deliciosos acordes en clave de post-hardcore para “La Revolta”) o Juan Blas (vocalista y guitarra de Nothink, y responsable de cerrar el disco con “Flor, Espina i Sang”, donde llevados por un discurso mucho más político, le dedican ásperas y punzantes sacudidas al capitalismo a golpe de metalcore y poderosísimos punteos).
Esta cura personal condensada en ocho pistas es fruto además de haber salido fortalecidos de unas arrolladoras circunstancias personales que han obligado a la banda a abrazar la reinvención propia y superar barreras profesionales inexploradas. Es así como vemos a los alicantinos logrando la insólita labor de producir cada tema del LP en un estudio diferente, poniendo a prueba como nunca sus capacidades y depositando en una vasta variedad de manos su buen hacer (Pau Paredes, Santi García, Jaume Farraig o Sam Ferrer, por solo citar a algunos pocos nombres de esa extensa lista de productores que han dado forma a cada pieza de “La Cura”). Un trabajo compartido que simbólicamente mira en dirección a la unidad y el todo, y que recupera además ciertos tintes que bien podrían haber firmado en sus inicios.
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