Tyron es un superviviente. Es la voz de una generación ahogada en la censura, la falta de referentes, de oportunidades, de sueños y corruptos en vidas virtuales inventadas. A base de golpes ha tenido que aprender a ponerse límites, a ver más allá de las drogas, asumir sus problemas y focalizar en lo que verdaderamente importa. Algo que, por otro lado, no ha sido fácil para una persona que arrastra un trastorno de déficit de atención e hiperactividad desde pequeño y que en los últimos años se ha visto en lo más alto de la industria británica. “Nothing Great About Britain” fue una crítica brillante a un Reino Unido muerto en vida. Una puñalada a la política actual para que todos se dieran cuenta de lo que era en realidad su país. Bases complejas, rápidas, una producción cruda y oscura para un álbum bastante difícil de superar en su carrera. Un antes y un después que arañó su alma por completo. Con él, Slowthai se vio tocando ante masas de gente que le adoraban como a un Dios, siendo un curioso ejemplo a seguir para muchos y con un cúmulo de responsabilidades con las que no estaba acostumbrado a lidiar. Pero bueno, todo esto le sirvió, eso sí, para darse cuenta de que lo que más le importaba en el mundo era ayudar a la gente con su música y que si quería seguir haciéndolo tenía que dar un giro a su vida. Encontró por fin un pequeño rayo de luz entre tanta oscuridad al que agarrarse y lo decidió contar en un segundo larga duración.
“Tyron” es por tanto una especie de manifiesto de todo lo que ha aprendido en estos años. Desde su necesidad de apoyarse en la música para soltar toda la mierda que lleva dentro y desintoxicarse. Como su constancia para “madurar”, reconocer los errores, verbalizar sus miedos y hacerse más fuerte mentalmente. El álbum es una colección de temas que se dividen entre bases fantásticas y sus letras más personales hasta la fecha. Inicia su viaje completamente tocado en “45 Smoke” donde se ve como una rata para la sociedad y se va desprendiendo poco a poco de sus demonios para sentirse más libre. La primera mitad refleja de nuevo al Tyron agresivo, directo y rápido que nos vuelve locos. De ahí que nos encontremos con las mejores piezas del álbum entre toda esta sangría. Con su viejo amigo Kwes Darko de nuevo como líder de la producción nos suelta una de las bases más adictivas de su carrera en “Vex” repasando la corrupción de las redes sociales, las vidas de plástico y la facilidad de destrozarse los unos a los otros (“People are, people are gettin’ me vexed right now putting too much chip in the zoot, oh”). Tema que a su vez enlaza con “Wot”, unos intensos y brillantes cuarenta y ocho segundos con unos beats durísimos en bucle que podríamos escuchar durante horas.
Junto a Skepta, por otro lado, presenta con “Cancelled” el tema probablemente más efectivo de todo el repertorio. Una crítica a la “cancel culture”, a la falta de libertad y a la facilidad para juzgar al prójimo. Un himno anti-haters que deja bien claro por dónde se pasa Slowthai todas esas críticas que pretenden hundirle. Y que enlaza a su vez con esa “Mazza” junto a A$AP Rocky que desde que salió como single de presentación colocó este segundo largo de Tyron en un lugar privilegiado (recordemos que ninguno de los temas previos de presentación habían funcionado y que hasta los fans temblaban con un regreso fallido). De nuevo habla de depresión, tendencias suicidas y muchas drogas… Lo que hasta hace poco reflejaba el presente de Tyron sigue vivo dentro de él, aunque asegure que ha cambiado. Vuelve a ello para soltarlo sin miedo, afrontarlo y no huir de la realidad. “Do what you wanna do, not what’s expected of you”, expulsa cerrando “Play With Fire” antes de dar paso a la segunda parte del proyecto. Y despidiendo así su lado más devorador y duro para reflejar después su cara más frágil, abrirse de par en par y mostrar su faceta más personal al margen de la fama.
La segunda cara la inicia así reflejando un salto sonoro con “I Tried”. Una sentencia de lo cerca que ha estado de la muerte donde verbaliza sus adicciones, sus trastornos y búsqueda hacia una vida más sana. “I’ve got a sickness and I’m dealing with it. It feels like I’m sinking all of the time”, relata cerrando el tema. Canción en la que a su vez samplea el “I Tried” de Trey Gruber, músico de Chicago que falleció a los veintiséis años al no superar su lucha contra el alcohol y la heroína. Tyron ha aprendido de una vez por todas a valorar lo que tiene, a cuidarlo y lo quiere manifestar en su música. Por esta razón, en “Terms” habla así de las dificultades de la fama y de cómo a pesar de su lucha le siguen viendo como un peligro constante haga lo que haga (“They be judgin’ me like I got horns”). La producción de esta segunda parte más amable está a cargo principalmente de Dominic Maker de Mount Kimbie con el que además comparte tema junto a James Blake en “Feel Away”. De lo mejor de este lado de la casa es ese cierre con “adhd” que resume a la perfección toda la evolución creativa que se lleva el oyente al escuchar del tirón todo el álbum. En él explica cómo se siente al lidiar su batalla con el TDAH y cómo desde pequeño lo ignoraban sin darle importancia. Es interesante ver cómo entra en el tema rapeando de una forma suave, verbalizando de forma diferente a la que nos tiene acostumbrados, y termina sometido a sus demonios sacando a la luz la cara de Tyron que todos conocemos.
Así que sí, es sorprendente poder ver a Tyron desnudándose por dentro con este disco homónimo. Pensar que entre ciertas intenciones de la industria de humanizarle, y ablandarle para venderle al gran público, ha conseguido construir una pieza de calidad, sincera y que desprende autenticidad. De hecho, algunas de las mejores letras del proyecto están en ese lado más frágil que no conocíamos hasta ahora. Lo que pasa es que aún así nos puede más una buena base y una producción oscura que cualquier otra cosa. Con este disco ha demostrado que tiene una versatilidad como creador tremenda, una capacidad de adaptación a los géneros que no todos los MC’s actuales poseen. Tyron no ha buscado ningún tipo de consolidación con su segundo disco, ha querido ir un paso más allá para reflejar su potencial y a la vez demostrarse a sí mismo que había nuevas vías aún por explorar. Y lo mejor de todo es que lo ha conseguido.
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