Razorlight ya van por el tercero. Y a tenor de lo escuchado, la vida sigue igual para los londinenses. Con “Up All Night” llamaron la atención de los medios, si bien no funcionaron como ellos y su propio entorno tenían pensado. No obstante, ese ruido mediático les sirvió para escalar en diversas listas o para completar cartel junto a unos nuevos Queen de vergüenza ajena o unos Oasis con los que tienen más en común.
En la órbita de Jet o The Strokes, en su segundo disco tiñeron su música con algo de pop sesentas, algún ligero toque de soul perfumado, y unas formas próximas al brit-pop más gamberro. Además, colaron un caballo ganador en las apuestas, ese tema de punch directo al esternón que era “America”. “Slipway Fires” es una continuación lógica, un paso más en busca de su anhelada personalidad. Reposados y nítidos, doblan las voces melódicas como nunca y le dan mayor importancia a unos teclados de lo más clásico, situándose cerca de The Kooks y similares. “Slipway Fires” adolece de un single claro, prevalece el conjunto sobre los picos altos, aunque “Wire To Wire” tiene todos los números para funcionar comercialmente, seguido de cerca por “Burberry Eyes”. “The House”, el tema de cierre, puede calentar la noche a más de uno y a más de dos, con un piano con mucha más vida que los de los edulcorados Keane.
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