Resulta incomprensible la reacción que el debut de Neil Halstead ha provocado en gran parte de los medios escritos nacionales. Incomprensible, sobre todo, si tenemos en cuenta que el rastro y las huellas emocionales y expresivas de “Sleeping On Roads” aúnan, sólida y satisfactoriamente, los rasgos esenciales de “Out Of Tune” y “Excuses For Travellers”, dos discos aclamados por aquellos que ahora esbozan muecas de extrañeza ante un producto tan o incluso más válido que aquellos. Y es que Halstead rescata el aroma veraniego y la esencialidad pop de ambos (lejos del coma existencial de “Ask Me Tomorrow”) para sincerarse en un ejercicio sensorial y preciso: directo a la epidermis. No hay tesis desmedidas ni exabruptos que nos hagan repeler este disco, sino que el cantante y compositor parece más seguro, confiado e inspirado que en su último disco junto a Mojave 3, circunstancia que repercute claramente en la elaboración de un disco vivo y ensoñador.
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