¿Sabe usted que Sleeper tienen nuevo álbum? ¿Se refiere a los Sleeper que en los noventa militaban en la segunda línea del Britpop y lo petaron en su país pero por aquí no terminaron de cuajar? Sí, sí, esos mismos. Pues es uno de esos retornos que dan un poco de miedito… ¿No? La cierto es que priori sí, sobre todo teniendo en cuenta que sus discos clásicos -"Smart" (Arista, 95) y "The It Girl" (Arista, 96)- fueron tan entretenidos en su momento como en realidad susceptibles al paso del tiempo… Entonces ni me molesto ¿no? Pues debería avisarle que sería un error no darle una oportunidad al elepé en cuestión porque, si bien es cierto que las perspectivas no eran precisamente halagüeñas, la referencia termina sorprendiendo para bien. Pero entonces a ver que yo me aclare ¿De qué va esta resurrección? Básicamente el cuarteto hace su sonido de siempre. O sea, Britpop si tiramos del término que nos vendió la prensa inglesa hace ya más dos décadas, o indie-pop de toda la vida si nos dejamos de tanta etiqueta ¿Y eso no sonará muy desfasado o incluso innecesario a estas alturas del partido? Sucede, y es muy de agradecer, que el combo es consciente de que han pasado la friolera de veinte años desde aquella época dorada. Una honestidad que propicia que el poso juvenil de antaño ceda protagonismo a un sonido sensiblemente macerado, evitando así lo que podría haber sido un ridículo mayúsculo. Pues ahora que lo dice, hasta el título del propio lanzamiento podría ir por ahí ¿verdad? Verdad, verdad… Y es lo parece escuchando un contenido que, por cierto, alberga algunas canciones muy bien parecidas ¿Ah sí? ¿Cuáles me recomienda? Apurando un poco hasta le diría que (tras veintidós años de silencio) ninguna de las diez piezas incluidas chirría, aunque entre mis favoritas cabe mencionar el trío inicial formado por “Paradise Waiting”, “Look At You Now” y “The Sun Also Rises”, además de “Car Into The Sea”, “More Than I Do”, o el fantástico corte que da título al conjunto ¿Sabe que está empezando a picarme el gusanillo? Claro hombre. Es más, si usted en su momento disfrutó con Sleeper, definitivamente debería dedicar algo de tiempo a este nuevo trabajo, hágame caso. Pues tengo que reconocer que sí me gustaban… no eran de mis favoritos pero tenían su rollito, con la atractiva voz de Louise Wener manejando el asunto y dejando en la retina algunos temazos del tipo de “Inbetweener” o “Sale Of The Century”. Y no se olvide de la fidedigna versión del “Atomic” de Blondie que aparecía en “Trainspotting” (Danny Boyle, 96), película generacional de la década por excelencia. Claro, claro, eso por fuerza suma a su favor y ahora que lo ha recordado me termina de convencer para meterle mano al invento. Hace usted bien. Yo con cada vuelta adicional me reafirmo en que las virtudes del grupo (léase: bonitas melodías y tonadas bien cantadas, guitarras finas y un atractivo evidente) también se encuentran aquí en dosis generosas. Bueno, bueno… pues ya le contaré qué me parece este cuarto trabajo de estudio de los londinenses. Vale, pero tenga en cuenta que el grupo asume posición y firma una obra alejada de grandes pretensiones que, en lugar de intentar reverdecer laureles de forma descarada y terminar haciendo el ridículo, tiene en su mencionada (y bien entendida) madurez uno de sus principales atractivos. Y sin perder su esencia, por lo que cuenta. Eso mismo; veo que ha pillado de qué va el rollo. Pues voy a ello, y gracias por el aviso. Un placer.
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