Slash

Decir a día de hoy, que el hombre con el sombrero de copa más famoso del rock es uno de los mejores guitarristas de su larga y generosa historia, puede resultar una afirmación un tanto aventurada, pero si en cambio lo que nos atrevemos a aseverar es que es uno de los más carismáticos e inteligentes del negocio, entonces ahí no andaremos tan desencaminados. Un tipo que supo vender y explotar su imagen como nadie antes, lejos de quedarse anquilosado, ha aprovechado ese filón para estar todavía en boga.

Como su etapa con Velvet Revolver ya había tocado a su fin, consciente de que su voz no es lo suficientemente buena para seguir sacando discos al lado de sus Snakepit, se ha rodeado de una serie de músicos con peso y renombre que no han dudado en prestarle apoyo. Por lo general, este tipo de discos con tantos colaboradores (uno distinto en cada una de las catorce piezas recogidas) suelen ir poco más allá de un corta y pega de resultados dudosos. Sin embargo, en este caso, todas las voces están muy bien escogidas. Nadie desentona y, entre gente como Lemmy Kilmister, Dave Grohl, Iggy Pop, Chris Cornell u Ozzy Osboune, más la presencia de los cantantes de nueva generación de grupos como Wolfmother o Avenged Sevenfold –muy buenas “By The Sword” y “Nothing To Say”- , sorprende la enorme interpretación de Fergie en “Beautiful Dangerous”.