A muchos les habrá decepcionado y a otros les habrá gustado. Lo de siempre. Ha pasado suficiente tiempo desde el último Lp de Cypress Hill como para esperar una gran sorpresa, mejor dicho, ha pasado demasiado tiempo desde su genial “Black Sunday” para lograr otra victoria como esa. Y es que el mundo del hip hop ha entrado en la dinámica del no reposo. Nuevas tendencias aparecen, nuevos artistas saltan al rimadero, nuevos productores rompen esquemas y, si no eres rápido, se te comen. Los seguidores del hip hop, conscientes o no de esta velocidad, entran en el juego y son difíciles de contentar.
Conocedores o no de eso, Cypress Hill no ha conseguido un disco de diez, pero, sinceramente, tampoco se trata de un mal disco. No rompe esquemas ni nada parecido, pero logra distraer a ratos. Aunque sí que hay una sorpresa, nada nueva en el mundillo por cierto, que es la de acudir a una sección acustica (bajo, guitarra y batería en onda “Metal Tonight”) en seis de sus temas.
Años atrás muchos otros unieron sus fuerzas a las de las guitarras y las tachuelas, consiguiendo piezas memorables (recordemos sino a bandas como Public Enemy, Run DMC, Onyx o el pesado de Ice T en su proyecto Body Count). Y ahí, precisamente, está lo más curioso del disco: que no se trata de nada original. La producción de Dj Muggs entra dentro de lo habitual, consiguiendo un trabajo redondo y poco más. Recomendable, por tanto, para saltarines de festival montañés.
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