Aunque los largos silencios sean habituales en Bill Janovitz y compañía, aún sorprende cada nuevo anuncio acerca de la publicación de un álbum de Buffalo Tom. “Skins” llega casi cuatro años después de su antecesor, y al igual que ocurriese la pasada temporada con otros intocables del indie americano de los novent como Superchunk, la formación protagoniza un respetable retorno. Un álbum desarrollado sin complicaciones entre caminos conocidos y de sobra transitados, para elaborar una contundente mezcla en la que aunar habituales y características guitarras, power pop y sonidos tradicionales americanos. La intensidad de las notables sensaciones dejadas por la escucha resulta alterada puntualmente por la excesiva duración de un total de trece pistas, incluyendo alguna caricatura referente a la época dorada del trío. El octavo disco de estudio de los bostonianos resulta en cualquier caso sobradamente resolutivo y mantiene intacto su estatus como banda de culto, celebrando un regreso que cuenta con generoso número de temas incontestables como “Here I Come”, “Arise Watch”, “She's Not Your Thing” o “Guilty Girls”.
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