No hace demasiado contaba en uno de mis textos la injusticia que supone el poco interés que, por lo general, ha suscitado el grime en nuestro país. Mientras solemos encontrarnos con algunos de los grandes lanzamientos del rap estadounidense en infinidad de medios, resulta francamente complicado rastrear la pista del sonido urbano británico por excelencia, una combinación entre rap, electrónica, dub e incluso reggae. Dizzee Rascal capturó nuestra atención durante unos años; So Solid Crew tuvieron su brevísimo flash de repercusión; Wiley obtuvo alguna que otra excelente crítica y el blanquito del rollo, The Streets, fue el que más protagonismo alcanzó en España.
Pero parece que las cosas están cambiando y que Skepta podría convertirse con su cuarto disco en la piedra de toque del género más allá de las islas. Si “Konnichiwa” supera ciertas barreras, nombres como los de JME, Kano, Novelist, el ya citado Wiley o el recuperado para la causa Tinie Tempah podrían empezar a gozar aquí de la popularidad que hasta ahora se les ha negado. Porque “Konnichiwa” resucita al mejor Joseph Junior Adenuga, léase Skepta, devolviéndole a sus inicios y a su cara más contundente. En cierto modo, el álbum es un repaso a algunas de las claves de un género que ha madurado paso a paso, en las calles, en los barrios marginales, en los clubes nublados y en las peleas de gallos de la Inglaterra que no copa los carteles de los festivales independientes. Eso y un puñado de hits que nadie puede pasar por alto. Desde la propia “Konnichiwa”, con su ritmo gordo y pesado, hasta esos rompenucas que son “That’s Not Me” (junto a su hermano JME) y el que posiblemente sea su mayor éxito hasta ahora “Shutdown”.
Y podríamos continuar, porque hay bastante sustancia en “Konnichiwa”. Desde “Man”, en la que samplea a Queens Of The Stone Age, hasta “Lyrics”, un pulso entre él y uno de los raperos jóvenes más importantes del Reino Unido ahora mismo, Novelist. Si a eso le sumamos las apariciones especiales de, entre otros, Wiley en “Corn On The Curb”, Young Lord en la efectiva y primitiva “It Ain’t Safe”, el archiconocido Pharrell Williams en “Numbers” o BBK en “Detox”, uno de los cortes más oscuros, dub y densos del conjunto, la partida está ganada. Y no sé ustedes, pero yo voy a apostar a su casilla. Aunque sea por ayudar a cambiar el rumbo de los tópicos.
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