Skepta, Chip y Young Adz se han unido para entregarnos por sorpresa un disco conjunto, en el que aparcan egos y unen fuerzas para llevar a buen puerto una colección de una docena de cortes que suman un minutaje de algo más de media hora. ¿Qué podemos esperar de estos tres bastiones del grime actual? Diversión. Jamás esperaríamos escuchar a un Skepta tan relajado, tan sutil y tan... norteamericano. La verdad es que el mejor resumen de este disco sería el mítico chiste del padre toro y su hijo de la película de Dennis Hopper “Colors”. Este disco es el equivalente al chiste-consejo para la vida que Bob Hodges (Robert Duvall) le da a su novato compañero Danny McGavin (Sean Penn) en el filme. Una película que narraba las correrías de los Bloods y los Cribs en Los Angeles en los lejanos años ochenta.
Los tres británicos abandonan las adrenalíticas bases grime para rapear sobre fondos más aterciopelados, dando como resultado un disco elegante y francamente divertido, pero también oscuro y adictivo con un primer single, “Waze”, tan adictivo como el crack. Bajos gordos, beats que van y vienen como la marea y unas melodías que se instalan en tu mente y que van creciendo. Letras que dan en la diana continuamente y en las que los tres MC's demuestran una maestría y una simbiosis tan asombrosa como fructífera. Es difícil destacar un corte por encima de otro pues, con cada escucha, las canciones son mejores. La variedad es superlativa: del rollo afrobeat de "Mic Check", al toque soul cinematográfico de "Golden Brown", de la callejera "Waze" a la minimalista y opioide "Sin City”; todas son diferentes, pero coherentes con un conjunto sólido como el búnker de Hitler en el viejo Berlín.
Hay fealdad, claro, la vida es fea, dura y tiene más días de mierda que momentos felices por eso este disco también tiene una cara como la serie de Netflix “The End Of The F***ing World" horrible, amoral e imposible de dejar de verla y disfrutarla. Reconocer que todos llevamos un psicópata dentro es parte del juego y Skepta, Chip y Young Adz son los maestros de ceremonias perfectos para ese fin del mundo que nos acecha.
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