Kakkmaddafakka depuran su propuesta en el que es tercer disco de su carrera, apostando por un sonido sensiblemente más refinado y rematado que en ocasiones previas. La personalidad despreocupada, intensa y juvenil que llamó definitivamente la atención en su anterior entrega, “Hest” (Bubbles, 11), resulta ahora contenida y queda reservada casi en exclusiva para la inicial “Young” y “Female Dyslexic”. Y lo cierto es que, aunque se eche de menos esa faceta hedonista capaz de alumbrar éxitos instantáneos para la pista de baile, el nuevo traje sienta realmente bien al combo noruego, al tiempo de despejar cualquier duda acerca de su auténtica capacidad creativa. La formación gana en detalles y cuida especialmente la fuerza melódica latente en una colección que incluye aciertos como “Never Friends”, “Bill Clinton” o “Forever Alone”, con los que logran un alcance inédito en su obra hasta la fecha.
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