P5 no son las iniciales de ningún curso del recién creado ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria) sino el acrónimo deun grupo nipón de mod-superpop con tendencias dance perdido en una carretera que une Tokio 1997 con Londres 1966. En su último elepé, "Sister Freedom Tapes", soslayan atisbos de sonidos bailables para ofrecernos dosis fashion de energía juvenil materializadas en el uso principal de guitarras sixties.
Empiezan fuerte con la más que aceptable Airplane´96» (mejor intercambiar las cifras) y siguen mejor con "Domino",un medio tiempo que recuerda por igual a Liz Phair y a nuestros ya desaparecidos Glamour en uno de esos momentos de enorme inspiración creativa. Apartir de aquí, el vacío. Me recuerda un poco a la última peli de Lynch; empieza correctamente, todo encaja y eso, pero acabas que no te enteras de nada. Pues aquí pasa lo mismo. "Snowflake" empieza como el "Everybody´s talking" de Nilsson y acaba aburriendo. "Ckicken Curry" no es más que una conversación en japonata con el acompañamiento de violines y bombos. "MiniCooper" es tope groovy, pero no penetra. "Holger & Marcus" son palmas y un "la, la, la" massieliano convertido en "pa,pa, pa" para la ocasión. Ideal para guateques y fiestas varias, eso sí. Manda huevos la (supongo) broma de "Cornflakes "porque es "Snowflakes" con la letra cambiada, es decir, en vez de "Snowflakes" la maryquantiana Maki Nomiya pronuncia (y encima mal) "Cornflakes". "To our children´s children´s children» es, seamos justos, una ultrasaludable mezcolanza de acid jazz, folk y pseudo psicodelia.Bonito, bonito. El fin de fiesta lo ponen los Beach Boys con "Passingby", un gran tema de Brian Wilson que ya era hora de que alguien rescatase del olvido.
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