Empecemos por el final. Por la enorme influencia que este disco ha tenido en sus cincuenta años de existencia. Antònia Font, Adrià Puntí, Roger Mas, Quimi Portet, Sanjosex, La Iaia, Marc Parrot o Germà Aire, quienes toman su nombre de una de sus canciones. También otros músicos de ese pop metafísico que medró durante el último lustro. Algunos de ellos estaban entre quienes rindieron homenaje a Jaume Sisa por otro de sus trabajos, el último hasta ahora, el también sensacional "Malalts de cel" (2016), en un concierto en Barcelona en 2022, al que contribuyeron también Julio Bustamante, Guillem Gisbert, David Carabén, Maria Rodés o La Ludwig Band, a quienes también podríamos considerar acólitos en mayor o menor medida. Hay hasta una revista digital musical que lleva el nombre de este elepé y de su emblemático corte titular.
Es casi seguro que cualquier proyecto facturado en catalán (o en sus variantes valenciana y balear) que haya jugado con el onirismo, lo surreal o lo costumbrista desde un punto de vista no adocenado, tiene alguna deuda con este segundo trabajo de Jaume Sisa. Una milagrosa combinación de folk, chanson, jazz y efluvios dylanianos que ensanchó los lindes de la cançó (de la nova o de cualquier otra) hasta límites insospechados. La imaginación fue poder en sus manos.
Esta es al menos la quinta reedición de tan magna obra, en cuya gestación jugaron un papel esencial Rafael Moll como productor y colaborador artístico (fue quien lo rescató del ostracismo y convenció a Edigsa para publicarlo) y un elenco de músicos formado por Jordi Vilaprinyó al piano y arreglos, Xavier Riba al violín, Dolors Palau y Manel Joseph a los coros, y Quino Béjar y José Franco en la base rítmica. No hay extras porque poco más queda por añadir a estos ocho cortes originales. Se trata de una edición especial remasterizada, fabricada en vinilo transparente y con edición limitada a 250 unidades, que incluye una lámina fotográfica exclusiva firmada por Jaume Sisa, un pay – pay promocional de la época y el libreto interior con los textos originales. Gadgets con los que saciar la sed del completista más obsesivo mientras realimentamos el mito, el de una de esas extrañas supernovas creativas que surcan el firmamento porque, desde su bendita inocencia, no sabían que era prácticamente imposible hacerlo.
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