Es difícil apostar por la casuística como explicación para las sonoridades y texturas latentes en buena parte del nuevo álbum de Panda Bear, después de que Noah Lennox fije el objetivo (quizá con más descaro que nunca) hacia un pop colorido y de aspecto retro que, a pesar de sacrificar pegada en su segunda mitad, tiene a volverse hipnótico. Sucede, en realidad, que el presente “Sinister Grift” casi podría entenderse como continuación lógica de aquella sinergia surgida de juntar a Panda Bear y Sonic Boom y que dejó como resultado el jugosísimo “Reset” (Domino, 22).
El Animal Collective parece continuar la senda iniciada hace tres campañas junto a su colega de profesión, aportando un total de diez piezas inyectadas con su habitual falta de complacencia, siempre inquieto y atento cuando de abrir nuevas vías de experimentación se trata. Todo a pesar de que, en esta ocasión, trabaje maneras más clásicas e instantáneas, en las que el pop se entremezcla con pinceladas de psicodelia, ecos sixties o electrónica, manteniendo siempre la melodía en innegociable primer plano. “Sinister Grift” bien podría ser, en definitiva, la colección de canciones más inmediatas firmadas por el músico como Panda Bear hasta la fecha.
Una consecuencia directa de temas como “Praise”, “Anywhere But Here”, “50mg” o “Defense”, que bien podrían haber incluido el listado del mencionado “Reset”. La referencia –que suma colaboraciones de Cindy Lee y Rivka Ravede de (The Spirit Of The Beehive)– también incluye otras canciones que apuntan de frente al perfil habitual del invento, con ecos lógicos a la banda madre (no en vano el disco está co-producido por el propio Lennox junto a otro Animal Collective como es Josh Dibb). Desde “Just As Well” a “Ends Meet”, pasando por el exotismo de “Ferry Lady”, la introspectiva “Elegy For Noah Lou” o la enigmática “Left In The Cold”.
El resultado es un álbum de tonalidades vistosas, canciones extremadamente resultonas y buena digestión. También es un elepé ataviado con generosísima retahíla de detalles (en un movimiento marca de la casa) que enriquece tanto a las propias canciones como a la estructura de “Sinister Grift”. Una obra tan funcional en fondo como elaborada en formas, con un Panda Bear equilibrado entre ambición compositiva y atractivo evidente, en torno a una línea más accesible que supone una invitación (casi) generalista para todo aquel dispuesto a descubrir las piezas del puzzle.
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