La banda de Seattle sigue en activo trabajando a su bola y justificando su existencia en el panorama actual con discos tan sólidos y rudos como éste, su octavo trabajo.
Un álbum que les devuelve a Sub Pop, la casa que les vio nacer, y que, pese a estar grabado en un total de tres estudios y con tres ingenieros distintos, posee una unidad afianzada en la calidad de diez temas que suenan más grasientos, garageros y negroides que nunca. Empezar con una canción de más de ocho minutos –que, por cierto, recuerda a los Morphine más enfermos- ya indica que estamos ante un disco que se sale de la norma. Algo que también sucede cuando nos encontramos con el saxo y las trompetas que respaldan el puro rock garagero a lo Gallon Drunk de “Where The Flavor Is”, que enlaza con perlas de blues rock intenso y rabioso como “In The Winner´s Circle” o ese “Take It Like A Man” que nos remite a Rocket From The Crypt. Aunque lo mejor nos llega al final con ese siniestro y delirante “Sonic infusion” de más de siente minutos, con Wayne Kramer (ex MC5) como bajista invitado.
disse:eu nem preciso dizer que me fez A aligrea do dia com esse post. to ansiosa pelo CD, dessa vez vou comprar! a copia eh nedtida da capa, mas acho interessante qnd eh assumido e nao se passando por ideia dela. Ja sabe que esse eh meu novo corte de cabelo era assim que eu queria ter cortado, mas a coragem me faltou..