La cantante catalana Sílvia Pérez Cruz, sin duda una de las más prestigiosas artistas de nuestro país, nos deleita una vez más con una colección de bellas composiciones, en esta ocasión surgidas de la interrelación de la música de con otras artes; el cine, el teatro, la pintura, la danza o la poesía. Es mediante el diálogo con dichas disciplinas como se configura una obra preciosista a la que, además, hay que sumar el uso de la fotografía y del maquillaje artístico, empleado sobre su rostro, para la confección del artbook.
“Farsa (Género imposible)” es un trabajo emotivo, pausado y de sonido limpio, donde la voz de la artista luce en todo su esplendor, rodeada en ocasiones de violines, coros, piano o guitarra clásica y en otras de silencio. En él sobresale la maravillosa “Mañana”, interpretada en el documental “Ana María Moix, passió per la paraula” de Anastasi Rinos. Destacan, además, la emotiva “Pena salada”, con una interesante percusión, la cálida “Todas las madres del mundo”, el soplo de aire fresco de “Plumita” y la majestuosa “Intemperie” (compuesta por Javier Ruibal para la película del mismo nombre, de Benito Zambrano) que este año ha obtenido el Goya a la Mejor Canción.
La artista no ha dejado nunca de sorprendernos, con una discografía de vértigo; desde su etapa en Las Migas, hasta “Vestida de nit” (17), pasando por el celebrado “Granada” (14) junto a Raül Refree, y habiendo editado hace tan solo unos meses un álbum en directo, que recoge todas sus virtudes, junto a Marco Mezquinda “MA. Live In Tokio” (20). A estas alturas solo podemos pedirle que siga arriesgando con sus canciones, manteniendo el equilibrio entre experimentalidad y accesibilidad y, en definitiva, que continúe malacostumbrándonos con la creación de géneros imposibles.
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