La versión del “Kaini Industries” de Boards Of Canada que aparecía en el recopilatorio “Warp 20”, ofrecía pistas del giro que estaba dando la música de Stephen J. Wilkinson. Tras el sonido festivo de “Mind Bokeh” Bibio retorna con un disco de corte más intimista en el que el escocés se muestra cada vez más cómodo a las tareas vocales (interpreta cuatro piezas de las once del disco) y que bascula entre la electrónica brumosa con la que se dio a conocer, los cortes más “aphextwineros” de su carrera y temas de bleepfolk tan resultones como “À tout à l'heure” que, sintomático, surgió un día soleado cuando Stephen salió al patio de su casa con una guitarra de doce cuerdas, rodeado de cubos, regaderas y demás enseres del jardín que utilizó como percusiones. Precisamente hoy, con µ-Ziq de vuelta, tiene más sentido que nunca la comparación con Mike Paradinas: como él Bibio es un verso suelto que va camino de convertirse en el gran tapado de su generación.
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