Noveno álbum de estudio con nombre propio (recuerden sus colaboraciones con Widespread Panic, esa especie de Crazy Horse con los que se acompaña bajo el nombre de Brute) y noveno triunfo absoluto de unas canciones que emanan un minucioso, detallista y placentero trabajo de orfebrería folk, en el que el anglicismo songwriter alcanza su significado más pleno. Rodeado por unos colaboradores de lo más solvente y registrado bajo condiciones de absoluta serenidad y auténtico disfrute, “Silver Lake” emana en sus escuchas justo lo que representa: un discazo de tomo y lomo para paladares delicados. A destacar la melodía arrebatadora de esa perla de folk-rock que es “Stay Inside” (desde ya uno de mis temas del año), los aires orientales de “Zippy Morocco” o la crudeza de “2nd Floor”. En definitiva once canciones para quitarse el sombrero.
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