Procedentes de la nueva escena folk inglesa, el líder de este cuarteto con nombre de ferretería con solera –Marcus Mumford- es también el batería de Laura Marling. Lo suyo tiene cierta similitud con el folk pop de sus paisanos Noah And The Whale, pero con un toque más bluegrass y altas dosis de dramatismo. Con una formación que incluye banjo, contrabajo y dobro, Mumford & Sons consiguen sonar más del Mississippi que del Támesis y no es difícil imaginártelos tocando en un granero perdido de Oklahoma.
Excelentes en los juegos vocales, si algo se les puede criticar es que les puede la épica, y abusan un poco de la estructura “inicio suave final fuerte”. Temas como “Sigh No More”, “The Cave”, “White Blank Page”, “I Gave You All” o “Thistle & Weeds” empiezan como un lamento, con voz y guitarra, pero luego se aceleran, la voz se emociona, el ritmo se dobla, se añaden banjos desbocados, trompetas y coros y eso acaba pareciendo Arcade Fire en el Far West. La comparación no es gratuita, pues Markus Dravs, que ha trabajado con los canadienses, Björk o Coldplay, se ha encargado de la producción.
Pedazo de grupo con un futuro interesante. ¿Tocarán en el FIB?
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