Como agua de mayo esperábamos algunos este disco. Y es que después de disfrutar de sus inenarrables conciertos, urgía ya un álbum del grupo, aparte de aperitivos como el CD “Roman Fire”, apariciones en recopilatorios, o el doce pulgadas con el que estrenaron la indie WATT (“Give It Up”: una joya de muchísimos quilates).
Lo primero que se desprende de su escucha es un marcado aliento funk, mucho más acentuado que el ofrecido en vivo, donde predomina la abrasión punk. Si hubiese que buscar alguna referencia (como parece inevitable al enfrentarnos a una nueva banda) deberíamos acudir sin duda a Devo y Talking Heads, aunque la gracia de “Short Panic” está en su identidad autosuficiente. Es rock, pero huyendo de revivalismos y de coartadas retro, pero también de experimentos vanguardistas de difícil digestión: once canciones redondas. Y cuando fabrican hits (“Medical Research”, “Sell-Out”, “Leave This Family”) cortan la respiración. Lo mejor de todo es saber que tienen cuerda para rato y que este es su principio. Nabokov estaría orgulloso de ellos.
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