Parece que el plan maestro de Trivium para dominar el mundo (metálico) no es tan infalible como nos hicieron creer. Los norteamericanos se mantienen por encima de la media; tienen talento, imagen, técnica y un potencial enorme, no vamos a poner eso en duda. Pero de ahí a etiquetarlos como la “última esperanza del metal” o “los nuevos Metallica”, como muchos medios –especialmente los británicos- afirmaron hará unos tres años, hay una gran diferencia.
Más aún cuando los propios Metallica han demostrado con el intimidante “Death Magnetic” que aún les queda cuerda para rato. Trivium irrumpió oportunamente en plena explosión del metalcore, al que aportaron con éxito su background clásico, especialmente en “Ascendancy”. El género empezó a dar signos de agotamiento y los de Florida decidieron dejar aflorar por completo su amor por el thrash de los ochenta. La jugada les salió poco menos que perfecta con “The Crusade”, trabajo excelente con el que, sin embargo, algunos nos dejamos llevar más de la cuenta por el entusiasmo colectivo. Algo que podría repetirse con este “Shogun”, cruce de sus dos anteriores discos que recupera las voces guturales para desembocar en un thrashcore fiel a su sonido pero menos original y fresco que antaño. Matt Heafy sigue recordando al Hetfield de “…And Justice For All”, pero, a diferencia del 2004, Trivium palidecen ante los autores de “Master Of Puppets”. Un trabajo, confiemos, de transición hacia el encuentro definitivo de su propio camino.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.