“La buena suerte” es el nuevo disco (el sexto ya) de Shinova. Curiosamente, el optimismo que desprende su título no es una respuesta premeditada a la actual situación de crisis sanitaria, pues el grueso del repertorio ya había sido compuesto antes de que estallase la pandemia. En cualquier caso, reconforta el chute de energía que uno recibe al escuchar canciones como “Puedes apostar por mí” o “Ídolos (los mejores momentos están por llegar)”.
El álbum ha sido producido por Manuel Colmenero (Vetusta Morla, Nena Daconte...) y bajo sus órdenes han conseguido un sonido compacto, con garra, pero muy bien equilibrado y plagado de guitarras, teclados y detalles electrónicos. Con él, la banda se sitúa en el grupo de cabeza del indie nacional junto a algunas de las bandas preferidas por el gran público como podrían ser Izal o Miss Caffeina.
Los de Bérriz demuestran maestría a la hora de facturar melodías claras y parecen sentirse especialmente cómodos en los medios tiempos (“Ruido”, “Mi vida sin mí” o “Ciudades en el mar”, en la que aúnan arreglos electrónicos con sección de cuerda). Cabe destacar, además de lo ya apuntado, el gran peso que tienen los coros a lo largo de todo el trabajo (a veces con aires tribales, como los de “Torre de naipes”, casi siempre tendentes a la épica), así como la colaboración de ELE en “Palabras”.
Con este disco, Shinova dan un paso adelante en su carrera, aunque mantienen la esencia de su personalidad. Por supuesto, no faltan los himnos con los que, a buen seguro, arrasarán en los festivales (cuando estos vuelvan a celebrarse, y esperemos que sea pronto). A modo de ejemplo, apunten solo dos nombres que tienen muchas posibilidades de convertirse en nuevos clásicos de su repertorio: “Te debo una canción”, sincera carta de agradecimiento público a todos los que les han apoyado en su camino, y “Con la sonrisa intacta”.
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