Ya en “Subtítulo” Paz Souey era un complemento musical importante e indispensable para Josh Rouse, y se veía venir que en el siguiente capítulo se iba a dibujar una historia en la que ambos podrían compartir créditos y protagonismo. Dicho y hecho.
El material presentado por el bueno de Rouse es de nivel. Citarle a él y que medie la palabra mediocridad sería una osadía y una desfachatez, pero lo cierto es que la grandiosidad del sublime “1972” y del no menos interesante “Nashville” ya no estaba presente en “Subtítulo”, y mucho menos en este anecdótico lanzamiento. Rouse estuvo por un momento en la cresta de la ola, a punto de comerse el mundo y da miedo pensar que al final vaya a quedarse en un segundo plano. Porque a eso lleva a pensar su presente musical en esta obra junto a su chica y al multiinstrumentista Daniel Tashian.
Suerte de “These Long Summer Days”, pieza en la que Josh Rouse se queda a solas para ofrecernos la canción más inspirada del lote. Veremos hacia dónde se mueve en sus siguientes pasos.
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