Calle Liberación

Han conseguido superar la crisis con éxito. Primero la de su formación, que se enfrentó al primer cambio en sus filas cuando Samu (batería original) decidió bajarse del barco. Tras barajar varias opciones, optaron por la más sencilla: fichar a Jesús, el hermano de José (guitarra). Después, como todo hijo de vecino, la pandemia. Cuando empezaban a grabar las maquetas del nuevo disco, se declaró el estado de alarma. Tocó reflexionar, aceptar la situación y grabar las canciones sin prisa. El resultado es este “Calle Liberación”, cuyo título hace referencia a la calle de Hortaleza en la que se criaron los tres integrantes del grupo. Una reivindicación de su vuelta a los orígenes, pero con la sabiduría que da la experiencia.

“Calle Liberación” suena maduro a la vez que fresco, reflexivo pero espontáneo, simple y complejo al mismo tiempo. Y eso seguramente sea fruto de las personalidades de Gabi y José, tan antagonistas como complementarias, asentadas sobre la base que les brinda Jesús. El año pasado ya escuchamos una buena muestra de ello a través de los numerosos adelantos. “Tonterías”, cañera y pegadiza, donde reflexionan sobre sus propios problemas: “Es mucho más fácil amarte que odiarte”. A día de hoy, Sexy Zebras tan pronto pueden sonar a puro rock como tirar por la new wave ochentera en “O todos o ninguno”, irremediablemente inspirada por la marcha de Samu (“Ojalá encuentres amor, ojalá felicidad”). “Jaleo” es, como su nombre indica, una ruidosa invitación a la jarana (no es de extrañar que la hayan elegido para abrir el trabajo). “Marte”, por su parte, es una balada cósmica en la que el trío coquetea con la psicodelia. Las reflexiones sobre la crisis sanitaria pueden escucharse en “Nena” y su sabio estribillo: “Deja que pase lo que tenga que pasar, nena, deja que pase porque va a pasar igual”. Por no hablar del que ha sido sexto y último single del trabajo, “Una canción para resucitar”, toda una declaración de principios desde su título, en la que incluyen el mantra más repetido del primer confinamiento: “Todo va a salir bien”. Lo que está claro es que la espera ha valido la pena.