Dos discos en solitario de Mike Ness -en los que se dio el gustazo de acentuar su conocida pasión por la música de raíces americanas- y el fallecimiento de Dennis Danell -único miembro fundador junto a Ness que quedaba en la formación- no auguraban un futuro prometedor para Social Distortion.
Afortunadamente, sin embargo, los peores presagios no se han hecho realidad y aquí les tenemos de nuevo de vuelta, ocho años después de su anterior trabajo en estudio. De entrada, y como el paso del tiempo no se detiene ni para tipos tan duros como Mike Ness, no sorprende en exceso que el título del álbum reniegue de la palabra drugs, así como que algunos matices reflejen la nueva situación personal más estable del líder de los californianos. Pero que no cunda el pánico. El sello distintivo del grupo se mantiene intacto y temas como el inicial "Reach For The Sky" demuestran que su actitud y rabia características son las de siempre. Y es que, aunque en algún corte el acelerador no se pise a fondo, el punk rock americanizado y con clase vuelve a ser el vehículo que les lleva hasta buen puerto. No todos maduran conservando inmune su atractivo y su encanto. Social Distortion sí.
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