Lluna roja

Existen dos tipos de supergrupos alternativos. Por un lado están aquellos formados por músicos de renombre que aúnan esfuerzos, por otro la suma de talentos no demasiado conocidos más allá de una pequeña y fiel escena que se juntan sin demasiado bombo y platillo. Los resultados nunca dependerán de la popularidad, sino de la química que pueda existir entre sus miembros. El caso de los catalanes Serpent encaja a la perfección en la categoría de supergrupo de escena, y en el que la química es lo fundamental.

Sergi Bertran (The Gundown, Col·lapse) ha empastado un cuarteto (birlándole momentáneamente componentes a Appraise o The Anti-Patiks) que echa la vista al otro lado del Atlántico, aunque lo haga desde el catalán como base de sus textos y desde una perspectiva relativamente personal. Juntos y con el respaldo de hasta cinco sellos discográficos que han confiado en su propuesta (B-Core, Saltamarges, La Agonía de Vivir, Navalla y Pifia Records), Serpent dan un importante paso adelante en relación a su ya recomendable demo de presentación. El concepto estilístico se mantiene, pero suena como siempre debería haber sonado. Es decir, con una fuerza que se mantiene constante a lo largo de once canciones que redondean "Lluna roja" y en las que desarrollan un post-hardcore de ramalazo punk rock con el que encajan las comparaciones con Drive Like Jehu o Wipers que ya habréis leído por ahí en varias ocasiones. Hi energy, disonancias, ritmos que huyen de lo estándar, sin que eso impida que cuenten con sus estribillos eficaces y con un despliegue de riffs que, disculpen el tópico, son puñetazos directos en la mandíbula. Duele, pero es lo mejor para recordarle a uno por qué le gusta el hardcore y por qué le hace sentir vivo.