¿Quién es Sen Senra? Esa es la pregunta que se estarán haciendo muchos aficionados. Y es que no ha sido sencillo seguirle la pista a este artista que ha pasado de hacer rock en español con su banda Demonhigh a un disco en el que experimentaba con nuevos sonidos y con el inglés como “The Art Of Self Pressure” y que ahora se desmarca –superando, que no abandonando– de todo lo anterior con este “Sensaciones”.
En este trabajo, el gallego ha conseguido dar con la tecla en casi todos los aspectos que hacen de este álbum un clásico instantáneo. Por un lado ha perfeccionado las intuiciones musicales que ya asomaban en “The Art Of Self Pressure”, con un R&B moderno que no recurre al manido intento de parecerse a Frank Ocean y que suena tan fresco en la primera escucha como en las siguientes. Por otro, ha conseguido el más difícil todavía: sintetizar el lenguaje de toda una generación. Sin perderse en las metáforas complicadas que caracterizan a muchos artistas que intentan epatar al oyente con su bizarrismo y sin recurrir a banalizar sus códigos para hacerlos digeribles para el oyente de playlist que escucha y tira una canción tras otra para olvidarla a los tres minutos (los que tarda en sonar la siguiente) Sen Senra ha conseguido, en este “Sensaciones”, recoger en sus letras la forma de expresarse de la juventud española de hoy en día. Temas como el increíble “Ya no te hago falta” están compuestos casi con la claridad de los buenos guiones audiovisuales, llenos de frases que no requieren de una segunda escucha para ser entendidos pero sí para captar su fuerza dentro de la totalidad de una obra. Explícitas pero no vulgares, sencillas pero con muchísimas capas, las letras de Sen Senra en “Sensaciones” demuestran que hay otra forma de escribir a la que algunos artistas de diferentes géneros se están asomando; un nuevo pop que rompa con los estereotipos del antiguo.
Además, el de Vigo no se ha quedado corto a la hora de experimentar con la voz –¿dónde quedaron los haters del Autotune?– ni con los formatos sonoros más utilizados a día de hoy como los audios de Whatsapp. Manteniendo una esencia reconocible a lo largo de todo el álbum consigue ser original y atrevido al mismo tiempo. Todo un logro a día de hoy, cuando parece que hay que percutir una y otra vez la mente del oyente con ad-libs y frases características a modo de publicidad subliminal.
“Joven es la cura constante” canta en “La cura”, y así lo parece en el caso de Sen Senra, un artista que suena joven por derecho (apenas veintitrés años) pero con toda una experiencia emocional –o, por lo menos, con la capacidad de escribir sobre ciertas emociones– de la que carecen muchos artistas del indie patrio que suenan a lo que quisieron sonar sus ídolos. Quizá sea pronto para alzar los brazos al cielo en señal de victoria por la renovación de la escena undergound española, algo maltrecha desde que el trap y sus mil derivados urbanos se institucionalizaron, pero a este trabajo de Sen Senra se le pueden poner muy pocas pegas más allá de su gusto por lo emotivo que, por otro lado, es una de las líneas de transmisión que le dan unidad al proyecto.
Producido por Anxo Ferreira de Novedades Carminha (su anterior álbum está producido por Carlangas, del mismo grupo), Sen Senra vuelve a recurrir a la cada vez más interesante escena musical gallega para dotarse de un sonido que –sí, en este caso sí– es atrevido y sólido a la vez. Tal vez no sea suerte.
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