La inquietud, las ganas de conquistar lo nuevo que siempre tiene Christian, las hemos visto en pocas figuras nacionales en los últimos años. La defensa acérrima de esos pasos de gigante que dio en el pasado abriendo las puertas de muchos otros. La mezcla de respeto hacia la tradición, de lo pequeño, las raíces… Y a la vez el juego de difuminar fronteras, romper lo establecido, dibujar nuevas rutas que recorrer. De esta forma llega fuerte la segunda fase de ese viaje que es “PO2054AZ (Vol.II)”, esta vez desde la perspectiva del emigrante. Así se coloca Sen Senra en la visión de salir fuera para añorar lo que siempre tuvo, pero a la vez sentirse verdaderamente él en nuevas tierras pese a ser consciente de que la lejanía siempre le dejará incompleto.
Este nuevo álbum se mira desde los ojos de alguien que de forma forzada o voluntaria lo deja todo para avanzar en muchas aspectos de la vida. Así, Christian repasa historias de amor desde un rinconcito muy personal, expone a su gran amiga la cotidianidad, los egos, la belleza, vías de escape, fantasías… Todo en un disco que quiebra cualquier tipo de prejuicios en muchos sentidos y lo deja ver muy bien en ciertas decisiones sonoras. Seguimos con cuidadas construcciones rnb, pop flexible, vuelcos urbanos, pero también una mayor inclinación latina como ese empujón de funk brasileño que es “Llorando x 1” o su forma de ahogar las penas junto a Carín León en “Recorrerte”. Sen Senra lleva bien marcado eso de exportar Galicia hasta el infinito, recorrer mundo, seguir explorando caminos y demostrar que todo es posible. Es bonito escuchar todos esos mensajes de voz que firman sus abuelas en el disco con mezcla de preocupación, desconcierto, cariño y protección. Cómo refleja en ellos esa necesidad de poner los pies en el suelo y saber que siempre seguirá siendo él mismo haga lo que haga. Pero claro, a su vez, se coloca en un presente, en una realidad muy diferente a la que su entorno habría imaginado. Cómo viven esa preocupación de saber que Sen Senra es ya tan grande que hasta cuesta acotarle a un espacio seguro.
Y es que claro, ya nos ha demostrado en multitud de ocasiones las posibilidades de crecimiento que no teníamos ni siquiera pensadas. Cómo manteniendo su ADN rígido como un roble ha podido ir subiendo peldaños sin un punto fijo al que acudir para dejarse sorprender por el futuro. En el primer volumen de “PO2054AZ” conocimos el origen, ahora nos introduce en el camino de búsqueda con nombres en la producción como Anxo Ferreira de Novedades Carminha o DallasK. Un gran laboratorio musical en el que agita la dócil propuesta junto a Aitana o salta a la magia con la guitarra de Juan Habichuela Nieto. Sabe colocarte en el límite emocional con “Un cielo azul”, coronar hits como “Ataud”, resetear y empujar desde el inicio con “New Me”; o cerrar con esa base jazzística de “Monolito” sobre un fraseo en el que deja bastante claro que en el momento en el que deje de aprender y divertirse se acabará su entrega a la música para siempre.
Es fascinante observar cómo las capacidades de Christian siguen intactas pese a la sobre exposición que ha tenido en los últimos años. Cómo es capaz de tener una ambición comercial y a su vez lanzar proyectos tremendamente sólidos y llenos de alma pase el tiempo que pase. Siempre hay joyas en cada disco, siempre hay aristas que te arañan y marcan. Siempre hay vida, conexión, autenticidad, verdad. Así que solo nos queda pedir que llegue el tercer volumen, ese cierre de historia, cuando tenga que llegar. Cuando el tiempo lo quiera y lo permita, porque nosotros estaremos aquí esperando.
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