Parece que la edad hace perder prejuicios al vástago. Ahora ya no tiene problema en firmar discos con su nombre, ni en acercarse a la influencia paterna, alejándose del rock de raíces de The Wallflowers, para firmar un álbum de folk oscuro e intimista.
Se reúne para ello con Rick Rubin, que ejerce de Rubin y desnuda el alma de cada uno de los temas de Dylan hijo, en la mejor tradición de Johnny Cash o, más recientemente, Neil Diamond. El problema es que Jakob Dylan está a milenios luz de esas vidas arrabaleras, gastadas, trufadas de experiencias y en las que el alma rota e intoxicada chorrea por los poros de cada nota.
“Seeing Things”, muy alejado de todo ello, se conforma en posicionarse como un álbum de folk correcto, pero inofensivo. Un compendio de cortes reflexivos, austeros, en alguna ocasión –“Valley Of The Low Sun”, “Something Good This Way Comes”- de bella factura, que refuerzan la figura de Jakob Dylan como un compositor mediano, ya sea en colaboración con los rockeros The Wallflowers, o en tareas de folk en solitario; lejano y –puede que conscientemente- ajeno a los valores rompedores del padre, conforme con seguir facturando plácidos temas de género.
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